3 jun 2010

EL Zorro
Ha sido el caballo más famoso en el campo de las jineteadas.
Terminó su carrera invicto tras 157 participaciones, sin que ningún jinete lo haya podido aguantar.
Sus apariciones en público convocaban grandes multitudes.
Tordillo oscuro de cola media blanca hizo que fuera bautizado con el nombre de Zorro.
Su despedida de los campos de jineteada fué el 13 de abril de 1997, coronada con una inolvidable ovación por parte de los presentes.
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NOTA SOBRE EL ZORRO
De Pampas y Fogones (Publicada por internet )
Si hablamos de caballo altivo, valiente y arrogante sin duda nos estaremos refiriendo a El Zorro, "el caballo de la historia" de las jineteadas. El más fuerte, el más temido, el impar, el invicto.
Su historia se desarrolló en Cascallares, cuando nació un tordillo oscuro que, por su cola medio blanca, rápidamente llamaron El Zorro.
El caballo convocaba a miles de criollos en los campos de doma y por distintos lugares del país.
Nadie podía con él. Aseguran que El Zorro jamás fue vencido.
Era el líder de la tropilla de Passarotti. "Cuando viajábamos -recuerda el dueño-, si él no bajaba primero del camión, no lo hacía ninguno. También, cuando no estaba en su campo, era reacio al agua ajena: si él no tomaba, no tomaba ninguno."
Por montarlo, los jinetes cobraban entre 7.000 y 10.000 dólares.
En Tres Arroyos, el 11 de septiembre de 1983, el montador, Carlos Aristegui, murió luego de perder las riendas y golpear su pecho con la cabeza del caballo.
Años después, en Necochea, lo pidió Jorge Aristegui, el hermano de Carlos. Se juntaron 25.000 personas para ver el duelo. Para muchos, la venganza. Se hablaba del caballo asesino. El Zorro tiró a Aristegui en el palenque y en la otra subida, por fortuna, todo quedó convertido en una franca jineteada.
El Zorro ya era un mito y a su dueño le ofrecieron llevarlo al exterior, pero el negocio no se hizo.
Tras haber completado 157 salidas en los campos de jineteadas, se despidió en Bragado, el 13 de abril de 1997.
Su pelaje paulatinamente mostró el paso de los años al ponerse blanco tal cual si fuese humano. El Zorro permaneció en Cascallares hasta su muerte, manteniendo viva la leyenda del potro invencible.