14 ene 2011

GABINO EZEIZA: PAYADOR


Para los entendidos en la materia, poseía una increíble aptitud para improvisar el verso además de buen oído para la rima y la cadencia.
Poco se sabe de su hogar y de su familia.
Su padre había servido a la familia Ezeiza, de ahí su apellido, y descendía por su abuelo de un trompa de Rosas.
El negrito Gabino no faltaba nunca a las payadas que se realizaban con frecuencia en su barrio. Escuchaba, conmovido y absorto, los torrentes de coplas que surgían de labios criollos.
Quien primero puso una guitarra en sus manos fue un pardo muy viejo, que tenía una pulpería en el bajo de San Telmo. Se llamaba Pancho Luna, y fue payador cuando joven, en los tiempos de Rivadavia. Al cumplir quince años le compraron a Gabino una hermosa guitarra española. El la adornó con cintas celestes y blancas, se despidió de su madre y de sus hermanos Tomás y Matilde Ezeiza – el padre había muerto en la Guerra del Paraguay -, y comenzó su existencia de cantor errante.
En un pueblo del sur bonaerense conoció al estanciero Mones Ruiz, quien lo protegió, le brindó su amistad y lo hizo trabajar en dos o tres oficios, entre ellos el de sombrerero, pero Gabino, al fin, se despidió de aquel y se fue a los campos como Santos Vega. El payador había nacido y su fama creció por el sur y el oeste de Buenos Aires antes de cumplir los veinte años. No se olvidó, empero, de su ciudad natal a la que volvió a principios de 1880, encontrándola en plena lucha, en la que tomó parte, para volver luego a su oficio de cantor.
Por entonces ya lo envuelve en su círculo amistoso, en el seno de la colectividad morena de Buenos Aires, una aureola de prestigio.
En la revolución del 1880, concurrió al combate del 21 de junio con el batallón 15 de febrero a las órdenes del comandante Eliot, y el entonces mayor Vico. En donde se portó bizarramente recitando algunas estrofas en el momento de la lucha.
Gabino Ezeiza nació en el barrio de San Telmo el 3 de febrero de 1858 y vivió hasta el 12 de octubre de 1916, fecha de su fallecimiento,  en la calle Azul 92, barrio de Floresta.  En ese lugar existe actualmente una panadería que lleva su nombre "Don Gabino". Una placa, en la entrada del local, le rinde homenaje.
De raza negra, adquirió celebridad, principalmente como payador, aunque también fue autor y compositor. Según se afirma, ya en el año 1872 incursionaba en el arte de la payada, siendo considerado el más antiguo y notable payador del Río de la Plata.
Entre sus hazañas se habla de sus contrapuntos, por ejemplo, con José Betinotti, en 1902, en un circo que funcionaba en Venezuela y Maza, en el barrio de Boedo y anteriormente  con Nemesio Trejo es una payada de la que se dice fue memorable, la que duró tres noches.
Otra de sus payadas memorables fue la que tuvo por escenario un teatro de Pergamino (Bs. As.) con el no menos célebre Pablo J. Vázquez, en el año 1894.
sin embargo la payada que quedaría en el recuerdo con más fervor fue la que sustuvo en Paysandú (Uruguay) con el mentado cantor oriental Juan de Nava al que rodeaba una aureola de prestigio, conquistada en muchos entreveros difíciles de los que supo salir airoso.
Ese encuentro fue presenciado por uno de los auditorios más numerosos que se recuerdan, con un público netamente adverso y donde improvisaría la célebre canción "Heroico Paysandú".
De él escribió Francisco Pi y Suñer: “Fue el trovador de la pampa. En aquellos tiempos de escasísima población en que la Argentina vivía la vida de los pueblos pastores, fue el bardo errante y vagabundo que iba con su guitarra de rancho en rancho y de pulpería en pulpería, glosando los acontecimientos más notables, recordando los altos hechos de los hombres ilustres, llevando a todas partes las palpitaciones del alma nacional. Hijo del pueblo y entre el pueblo criado, se identificaba con el paisano, con el hombre del pueblo y en forma poética y solemne le cantaba sus cuitas y sus alegrías, sus esperanzas y sus anhelos”.
Además de recorrer los pueblos del interior con su arte y su guitarra, lo hizo también con un circo de su propiedad, el llamado "Pabellón Argentino" que perdió en un incendio en el año 1893. Grabó discos, algunos con acompañamiento de Manuel Campoamor en piano, célebre compositor del tango "La Cara de la Luna", y recopiló sus versos en el folleto "Cantos a la Patria". Afírmase que escribió obras teatrales.
Gardel y Razzano que lo conocieron en los comités políticos de principios de siglo y con quienes compartiera encuentros en el popular "Café de los Angelitos", llevaron al disco como homenaje póstumo "Heroico Paysandú"
Gabino Ezeiza murió orillando los 59 años en su vieja y humilde casa de Floresta.

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